El tiempo es oro, y el Sr. Perry tiene todo el tiempo del mundo.

Al principio, el Sr. Perry se muestra indiferente ante vuestras preguntas, pero se va volviendo más hablador cuando expresáis interés en sus muchas inversiones. Descubrís que ya había financiado varias producciones de El Rey de Amarillo anteriormente, no sólo la de esta noche. -Fue el director, el Sr. Engram, quien me convenció para que invirtiera -os explica-. Le conocí por primera vez en París, en un café de Montparnasse. ¿Cómo se llamaba? -Se para a pensar durante unos momentos, tratando de acordarse-. El caso es que me convenció de que no todas las inversiones tratan de obtener una ganancia de capital. Habrá quien piense que fui tonto al creerle, pero no lamento mi decisión. Llevo financiando sus producciones desde entonces -Sonríe y se calla un momento, perdido en sus recuerdos-. L'agneau perdu, así se llamaba el sitio. Sí, sí. Menuda noche.