El torturado grito de Amaranth resuena por las calles mientras se desploma. Se levanta un fuerte viento que convierte el polvo de la calle en un remolino frenético mientras el cálido sol cae a plomo sobre vuestras cabezas. Un charco de icor negro se forma en torno al cuerpo de Amaranth mientras el nexo de enredaderas empieza a marchitarse y secarse a tu alrededor. Las hordas de muertos revividos se detienen de golpe, como si esperasen a que hagas algo. Ves que los civiles que quedan en Marrakech huyen de la ciudad.
Sientes una punzada de culpa mientras contemplas a la bella y terrible mujer. Al darle la vuelta, ves que la voluptuosa flor que llevaba en la oreja se ha marchitado con el calor. Cuando se la quitas, emite un grito ancestral: el tallo es varios centímetros más largo de lo que esperabas y está manchado de sangre.