Seguidos de la Dra. Marquez, reunís a los pocos supervivientes que quedan y os arrinconáis en la camioneta azul cielo de Theo. Los lugareños os dan indicaciones mientras recorréis una sinuosa carretera hacia el punto más al sur de la isla. Temblando por la adrenalina, vuestro grupillo de supervivientes se refugia en el maltrecho faro.
Antes de entrar, os giráis y veis algo que no olvidaréis nunca. Una columna de luz pura surge del Valle, arrastrando la nube viscosa y aceitosa a su paso. Una onda expansiva recorre la isla, y caéis de rodillas, agotados, como si os hubieran arrebatado años de vida en un solo instante. La deslumbrante luz os cautiva mientras asciende por la estratosfera hacia el espacio.